Durante la jornada de este sábado 8 de marzo, recorrimos nuevamente la tradicional Feria de Purranque, capturando momentos y conociendo a los protagonistas que dan vida a este espacio lleno de historia, trabajo y emprendimiento.
En nuestro recorrido, nos encontramos con don Jaime Durán, un comerciante oriundo de Osorno que, sábado por medio, viaja hasta Purranque para ofrecer los mejores productos del mar. Con más de una década de experiencia en este rubro, don Jaime recorre diversas comunas de las provincias de Osorno y Llanquihue vendiendo cochayuyo, ulte y luche, productos que forman parte de la tradición culinaria del sur de Chile. Su esfuerzo y constancia reflejan el compromiso de los comerciantes que, con sacrificio, mantienen viva la feria y acercan estos sabores a la comunidad.
En este mismo recorrido, tuvimos el agrado de conocer a la señora Casilda Álvarez, una mujer de voz amable, gentil y con una sonrisa que ilumina su stand. Apenas nos vio con la cámara, nos expresó su entusiasmo por aparecer en una fotografía. Así se inició un diálogo extraordinario en el que nos compartió su historia de esfuerzo y superación.
Originaria de Crucero, Casilda es una mujer empoderada y con un espíritu emprendedor admirable. Luego de vivir en Santiago durante varios años, decidió regresar a su tierra natal y dar un giro a su vida iniciando su propio negocio en el rubro textil. En su stand, se pueden apreciar los frutos de su dedicación: delantales, buzos, cojines, fundas de cojines, faldas escolares y muchos otros productos confeccionados con esmero y precisión. Nos contó cómo tuvo que capacitarse para aprender a utilizar diversas máquinas y dominar las técnicas necesarias para dar forma a cada una de sus creaciones.
Además, con orgullo, nos relató cómo, junto a su compañero de vida y con mucho esfuerzo, han construido un hogar sólido y acogedor, reflejo de la perseverancia y el amor con el que enfrentan cada desafío.
La Feria de Purranque es mucho más que un lugar de comercio; es un espacio de encuentro, de historias y de sueños cumplidos. Aquí, cada puesto tiene una historia, cada sonrisa es un testimonio de lucha y cada producto es el reflejo del trabajo y la pasión de sus emprendedores.
Por ello, hacemos un llamado a toda la comunidad purranquina a apoyar a los emprendedores y comerciantes locales que con tanto esfuerzo ofrecen sus productos en la feria. Comprar en estos espacios no solo impulsa la economía local, sino que también fortalece el sentido de comunidad y permite que más personas puedan seguir desarrollando sus negocios con dignidad y compromiso. ¡Visita la Feria de Purranque y apoya el talento y el esfuerzo de nuestra gente!
