marzo 31, 2025
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El mito de Procusto simboliza la mente cerrada que rechaza la diversidad. Reflexionemos sobre la importancia de la inclusión y el pensamiento crítico

Estaba relajada viendo memes en mi celular cuando uno llamó especialmente mi atención. Se refería a “Procusto”, un extraño personaje de la mitología griega. Me dio curiosidad, así que busqué en Google, y la historia me atrapó de inmediato.

Procusto era un personaje de la mitología griega que ofrecía posada a los viajeros, a quienes obligaba a acostarse en una cama de hierro. Pero tenía una particularidad aterradora: si el viajero era más grande que la cama, le cortaba lo que sobraba; si era más pequeño, lo estiraba cruelmente hasta encajar. Esta leyenda simboliza algo muy común y peligroso: la mente cerrada que rechaza todo lo distinto y pretende imponer su propia visión limitada sobre los demás.

El mito de Procusto representa cómo algunas personas buscan obligarnos a encajar en sus propios moldes rígidos. Esto impide pensar libremente, limita nuestra creatividad y genera conflictos en muchos aspectos de la vida: trabajo, escuela, sociedad, e incluso relaciones personales.

En lo laboral, los “Procustos” crean ambientes tensos, exigiendo una perfección que ni siquiera ellos logran cumplir. En educación, intentan enseñar a todos de la misma manera, ignorando talentos y ritmos individuales. Y en sociedad, se refleja en normas rígidas que niegan la diversidad cultural, ideológica y personal.

En resumen, hay que cuidarse de los “Procustos” que nos rodean y fomentar siempre la libertad, el respeto y el pensamiento crítico. Porque, aunque parezca extraño, en el mundo actual abundan los Procustos y lo peor que podría pasarnos es que, sin darnos cuenta, acabemos convirtiéndonos en uno de ellos.

El mito griego de Procusto describe cómo un personaje forzaba cruelmente a los viajeros a adaptarse a una cama rígida, símbolo poderoso de una mentalidad cerrada que rechaza lo diferente.

Este relato nos impulsa a reflexionar profundamente sobre nuestra vida actual. Hoy, más que nunca, necesitamos abrir nuestras mentes y corazones para reconocer y valorar la singularidad de cada individuo, comprendiendo que nuestra verdadera riqueza está en la diversidad. En los espacios laborales, debemos aceptar y potenciar las habilidades únicas generando así entornos más felices y productivos. En el ámbito educativo, atender la individualidad de cada estudiante fomenta aprendizajes significativos y alegres. Finalmente, celebrar nuestra diversidad cultural e ideológica en la comunidad, nos permite fortalecer vínculos, promover la paz y construir sociedades más inclusivas, justas y felices en dónde cada uno de sus individuos es capaz de explotar al máximo su potencial en pro de satisfacer sus necesidades individuales de crecimiento y desarrollo personal, aportando desde las diferencias en la construcción de una sociedad más variada, rica y en donde todos podemos ser más felices.

Referencia:

Bravo Retamal, A. (2022, 2 de noviembre). El síndrome de Procusto (o del idiota). Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía UCSC. https://www.ucsc.cl/blogs-academicos/el-sindrome-de-procusto-o-del-idiota/

Antonia. KKSS

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