En su análisis titulado “¿Qué hacemos con los burócratas?”, Tomás Mosciatti reflexiona sobre el impacto de la burocracia en Chile, subrayando cómo esta, en lugar de ser un motor de desarrollo, frecuentemente se convierte en un obstáculo para la eficiencia y el progreso.
Mosciatti describe la burocracia chilena como una estructura enredada y poco funcional, que muchas veces parece más preocupada por perpetuar trámites complejos que por atender al ciudadano. Esta dinámica no solo retrasa proyectos clave, sino que también inhibe la inversión y limita la innovación. A su juicio, los burócratas a menudo se enfocan en cumplir reglas estrictas sin evaluar el impacto real de estas en la población.
Otro punto relevante que plantea es la falta de transparencia y responsabilidad en la toma de decisiones dentro de la burocracia. Estas prácticas generan desconfianza en las instituciones públicas y refuerzan la percepción de ineficiencia. Además, Mosciatti advierte que la opacidad inherente al sistema burocrático puede propiciar actos de corrupción, al crear un entorno favorable para abusos y malas prácticas.
Su llamado a la acción apunta a la necesidad de una reforma profunda en este ámbito. Propone simplificar los trámites, incorporar tecnologías que agilicen los procesos y fomentar una cultura institucional centrada en el servicio al ciudadano. Según Mosciatti, es clave que los funcionarios públicos asuman un rol proactivo y orientado a encontrar soluciones eficaces, en lugar de convertirse en un obstáculo para el desarrollo.
En resumen, Mosciatti insta a transformar la burocracia chilena para que sea más ágil, transparente y verdaderamente comprometida con las necesidades de las personas. Este cambio sería un paso crucial hacia un país más justo y eficiente. Para una visión más detallada, puede consultarse el comentario completo a través del siguiente enlace: https://youtu.be/64EC36EVHq0?si=Z1TfrEKpFb5KvAO0
