
Biblioteca personal de Rubén Silva
Leer es más importante que escribir: un acto libre, imaginativo y de resistencia frente a lo establecido
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Biblioteca personal de Rubén Silva
Sin duda, las respuestas pueden ser muy diversas, acaso contradictorias. Pero por esta ocasión quiero hacer una suerte de confesión, para dar respuesta a esta pregunta. A pesar de que yo escribo libros, considero que lo más importante es leerlos, y escribirlos es secundario. ¿Por qué? me pregunto mientras reflexiono y escribo esta nota. La respuesta a mi modo de ver no deja de bordear una tensión lógica, que la pregunta lleva en sí misma, puesto que al parecer puede ser una interrogante absurda, ya que las dos actividades, es decir, leer y escribir, son complementarias, y no pueden existir de forma aislada o separada, porque es imposible leer sin que alguien no haya escrito algo antes. Por lo que una posible respuesta negativa a esta interrogante puede ser: si las dos actividades van de la mano, es irrelevante preguntarse por cuál de ellas es más importante. Sin embargo, suspendiendo esta posible contestación, me aventuro a decir que es más importante leer que escribir, a pesar de que pueda caer en las redes de una respuesta carente de lógica. Pero me animo a esta idea porque el acto de leer carece de todo ego y afán demostrativo, cuestiones que creo si se manifiestan en la escritura. La lectura a mi modo de ver, está más relacionada con el disfrute, el placer y por cierto a la actividad imaginativa, acaso contemplativa, en tanto nos hacemos más conscientes del presente, del hecho irrefutable de estar leyendo, es decir, consumiendo palabras e interpretando ideas o significados, en el mismo instante que somos lúcidos de que estamos con la cara frente a un libro, del que vamos moviendo sus páginas, en tanto pueden venir unos y otros recuerdos, inconexos con la lectura, pero que se hacen parte de la actividad en su conjunto, por lo tanto es posible decir que mientras leemos, podemos hacer un uso más íntimo de la memoria, es decir, recordar, cruzar imágenes y ensoñaciones. En resumidas cuentas, imaginar las cuestiones más diversas, todo mientras consumimos palabras.
El acto de leer al parecer es un acto múltiple, un accionar de diferentes actividades, que convergen en el instante en que estamos de pie o sentados frente a una hoja o pantalla digital, llena de palabras que nos van relatando diversas experiencias, ideas o situaciones, con un sentido único e irrepetible (todo esto en un contexto de lectura de esparcimiento e interés individual, nunca mediado por el estudio de alguna disciplina que implique la lectura de muchos libros). Por este y quizá otros motivos, la lectura sea más relevante para mí, y puede que también lo sea porque a su vez escribo ( y esto lo digo quizá, sólo para llevar la contra), aunque desde hace unos años trato de restarle importancia a mi escritura, en el sentido de que escribir no es todo a lo que se puede aspirar como artista o intelectual, y me parece más atractivo e interesante ser un buen lector que un buen escritor, es decir un consumidor obsesivo de todo tipo de libros, donde la memoria, se ve forzada a trabajar de forma irreductible, ya que es necesario utilizarla de forma más precisa a la hora de leer. Además, leer es una actividad de lucha, un acto volitivo de jugar a la contra, porque si no vas a leer un libro que te enseñe a ser una persona más productiva para el sistema capitalista en el que estamos inmersos, leer no sirve para nada, excepto para el goce, el disfrute, la distensión y el placer, placer de echar a volar la imaginación placer de transportarse a otros tiempos a otros países, a otras realidades, placer de enterarse de otros puntos de vista, de otros argumentos, otras razones. Y, por cierto, el placer de conocer, los asuntos más diversos. Todas cuestiones que resultan en una lucha evidente contra lo obvio de un sistema social que busca normalizarnos y mantenernos sometidos, a todos por igual, a una serie de normas y quehaceres que por lo general pasan desapercibidos, modelándonos e influyéndonos.
Por Rubén Silva