El Liceo Bicentenario Tomás Burgos destaca en la PAES, demostrando que el trabajo conjunto entre establecimiento y familia puede superar brechas educativas.
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En un país donde las brechas educativas persisten como uno de los desafíos más complejos, los recientes resultados del Liceo Bicentenario Tomás Burgos en la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) destacan como un poderoso ejemplo de cómo el compromiso institucional, sumado al apoyo constante de las familias, puede transformar la realidad educativa de los jóvenes. Este establecimiento público, ubicado en Purranque, ha demostrado que el esfuerzo conjunto entre la comunidad escolar y las familias puede abrir verdaderas oportunidades para quienes más las necesitan.
El éxito de dos estudiantes que alcanzaron 992 puntos en Competencia Matemática, junto con otros que también se destacaron en las pruebas obligatorias, no es fruto del azar. Estos resultados reflejan años de trabajo sostenido por parte del liceo, implementando estrategias como la adquisición de materiales pedagógicos especializados, programas de reforzamiento académico y un acompañamiento permanente a través del Programa PACE y el área de Orientación. Estas iniciativas han probado ser herramientas esenciales para nivelar las condiciones de aprendizaje y asegurar que ningún estudiante quede atrás.
Cuando se compara este logro con el panorama nacional, se hace evidente la persistencia de una brecha significativa entre los colegios particulares y los públicos. Los primeros suelen dominar en cuanto a puntajes destacados. Sin embargo, ejemplos como el del Liceo Bicentenario Tomás Burgos demuestran que, con estrategias bien diseñadas y un verdadero compromiso de toda la comunidad educativa, es posible alcanzar e incluso superar estándares, incluso en contextos donde los recursos son limitados.
Además de los esfuerzos del liceo, el papel de las familias resulta fundamental. Los estudiantes que alcanzaron resultados sobresalientes no solo aprovecharon las herramientas académicas ofrecidas por su establecimiento, sino que también contaron con un respaldo emocional y motivacional constante en sus hogares. La colaboración entre el establecimiento y las familias es un pilar clave en la construcción de trayectorias exitosas.
Por ello, es importante invitar a todas las familias de estudiantes de escuelas y liceos públicos a seguir apostando por este camino de compromiso y cooperación. La educación no es solo responsabilidad de los establecimientos educacionales; es un proyecto compartido donde cada acción cuenta. Desde garantizar un espacio tranquilo para estudiar hasta involucrarse activamente en las actividades escolares, cada gesto contribuye de manera significativa al desarrollo integral de las y los jóvenes.
El caso del Liceo Bicentenario Tomás Burgos nos recuerda que, a pesar de las adversidades, el trabajo conjunto y la confianza en el potencial de los estudiantes pueden derribar barreras históricas y estructurales. Que estos logros sirvan como un llamado para que más colegios y familias se comprometan con la búsqueda de la excelencia académica y el bienestar de sus estudiantes.
Con el inicio de un nuevo año, surge una reflexión clara: invertir en la educación de los jóvenes no es solo un deber de las instituciones, sino una responsabilidad compartida que exige la colaboración de todos. Los resultados de la PAES demuestran que este camino es posible y que, con dedicación y esfuerzo, cada estudiante puede alcanzar sus metas. Ahora, es tarea de todos garantizar que esos sueños tengan la oportunidad de hacerse realidad.